La frecuencia de los baños varía según el tipo de pelaje y el estilo de vida del animal. En general es recomendable que se lo bañe al menos una vez al mes, pudiendo extenderse la frecuencia en los meses de invierno.
Se debe usar agua tibia, junto con un champú especial para perros. Los champúes para humanos pueden irritarle la piel.
Después del baño, frotá al animal vigorosamente con una toalla y dejalo en una habitación cálida hasta que esté seco. Podes utilizar un secador de pelo, pero no muy caliente y tampoco colocarlo muy cerca del cuerpo del animal para evitar quemaduras.
En Verano, podes dejar a tu perro al sol para que se seque.
Cualquier duda consultá siempre a tu veterinario. Tu veterinario a domicilio
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